4 de noviembre de 2013

El mayo francés de 1968

Seamos realistas: pidamos lo imposible

Los jóvenes de Francia de los fines de los sesenta no estaban tranquilos, ellos querían un cambio. No tenían muy bien en claro cual era, pero lo necesitaban ya. No querían seguir viviendo en una sociedad consumista, en la que lo único que importara sean las superficialidades y el conformismo, buscaban libertad de decidir sobre lo sexual, las costumbres, lo femenino, la defensa ecológica. Estaban en contra del imperialismo norteamericano que se expresaba en la Guerra de Vietnam. Ellos iban por el cambio social.

Por aquellos años, la juventud emergía como actor político, ya que por el bienestar económico que tuvo Europa tras la Segunda Guerra Mundial, las matrículas en las universidades no paraban de crecer: de 150.000 en 1958, a 500.000 en 1968. Sin embargo, a fines de esa década, la crisis ya se empezaba a sentir en el gobierno del presidente Charles de Gaulle y algunos grupos de trabajadores realizaron huelgas. En general las clases medias estaban bien acomodadas, pero los estudiantes sentían la necesidad de apoyar las demandas de la clase trabajadora.

Todo comenzó en la Facultad de Humanidades de la Universidad de Nanterre. El movimiento estudiantil que se consideraba así mismo anticapitalista, antiestalinista y antifascista  comenzó a movilizarse. De todos modos, los protagonistas de las semanas rabiosas (3 al 15 de mayo de 1968) fueron el movimiento estudiantil, partidos políticos y obreros. Tal unión fue  inevitable, es por eso que salieron a las calles. Primero siendo unos miles. Finalmente fueron millones de personas en las calles de Francia.


Así mismo, el rol de los intelectuales fue fundamental, ya que se le dio un marco ideológico al movimiento difuso que se había formado. Marcuse y Sartre fueron sus referentes. El filosofo norteamericano Herbert Marcuse por aquellos días expresaba: “Me identifico con las motivaciones de una lucha estudiantil que ataca no solo a las estructuras perimidas de la Universidad, sino a todo un orden social, donde la prosperidad y la cohesión tiene por fundamento la incentivación de la explotación, la competencia brutal y una moral hipócrita”.

Hay que tener en cuenta que en las calles de aquel Mayo del 68 el arte estaba presente a través del vanguardismo internacional sesentista: historietas, graffiti, collage, pop art, el arte conceptual. Hablando de las consignas características del movimiento, Beatriz Sarlo explica que aquellas frases que fueron traducidas a todas las lenguas, “mantienen  hasta hoy su potencia sugestiva como condensación poética del deseo revolucionario”.

Las repercusiones y el contexto a  nivel internacional fueron impactantes. Como antecedente a lo ocurrido en el Mayo Frances se puede mencionar la Revolución Cubana (1959), con su máximo exponente: El Che Guevara. Este último había sido asesinado en  1967 en Bolivia y fue un modelo a seguir por los estudiantes franceses. Así mismo, el anfiteatro de la Universidad de Nanterre fue nombrado con el nombre del líder revolucionario.

En Latinoamérica, Argentina vivió el Cordobazo (1969), Chile festejo el triunfo de Salvador Allende (1970- 1973), México respiro la lucha del movimiento estudiantil. Estados unidos represento en los 60´ el movimiento hippie, en la Checoslovaquia de 1968 sucedió la Primavera de Praga. Mientras que en China se vivía la revolución cultural. La crítica al sistema era lo que predominaba por aquellos tiempos.

Pero un día las revueltas cesaron, el orden volvió a Francia y se llamó a elecciones. El gobierno que sucedió a De Gaulle fue el del Partido Socialista, pero no se alejó del viejo estigma de la burocracia partidaria.

Las mujeres al frente en el Mayo Francés
A continuación surge un interrogante: ¿Cómo este movimiento formado por aquellos días, en los que millones de luchadores se expresaron en las calles, no se  materializó en una revolución? Algunos dirán que es porque no tuvieron una clara conducción política, otros porque no había algo puntual que uniera a todos los actores políticos participantes. Pero la chispa de la transformación social se encendió y quedo marcada a fuego en las posteriores generaciones.


Ya pasaron 45 años de estos hechos, y todavía siguen dejando un legado: las consignas como el reconocimiento de los derechos de la mujer, la democratización de las relaciones sociales y generacionales, la liberación sexual y el protagonismo de la sociedad civil, siguen siendo reclamos que aun existen en este mundo contemporáneo.



7 de octubre de 2013

Surgimiento del movimiento peronista

De regreso a Octubre

Era el 17 de Octubre de 1945, en pleno gobierno militar, cuando una multitud de integrantes de las clases populares de todo el país se unieron en un solo grito, reclamaban la liberación del General Juan domingo Perón. Aquél ejercía como secretario de Trabajo y Previsión y al haber tejido relaciones con los dirigentes sindicales y con los trabajadores empezó a ser un referente. A pesar de las contradicciones y dilemas que hay en relación al peronismo no hay dudas de que es un movimiento de masas muy importante en la historia argentina.

"Trabajadores: hace casi dos años dije desde estos mismos balcones que tenía tres honras en mi vida: la de ser soldado, la de ser un patriota y la de ser el primer trabajador argentino”. Con esta primera expresión, comenzó el discurso de Perón ante los “descamisados” que estaban reunidos en la Plaza de Mayo ese día, ya que ante la presión del pueblo, fue liberado por las fuerzas militares.

Algunos teóricos argumentaron que fue una movilización espontánea y otros que fue organizada por los líderes sindicales. Pero según el historiador Daniel James, “el 17 de Octubre se convirtió en el emblema del surgimiento de la clase obrera como fuerza auténtica y legítima dentro de la sociedad  y la política argentinas. Además el Estado peronista adoptó este día como fecha decisiva del ritual público y de las conmemoraciones nacionales”.

Las patas en la fuente (Plaza de Mayo)
Así mismo, en la década de los 40 los trabajadores no tenían los mismos beneficios laborales como vemos en la actualidad. Recién en 1945 se instauraron leyes laborales que dignificaron al trabajador como tal: jubilación, ocho horas de jornada laboral, descanso semanal, indemnizaciones por despido, vacaciones pagas, aguinaldo, etc. Toda una revolución para la época.

Lo que llama la atención de Juan Domingo Perón es que en sus tres presidencias (1946, 1951 y 1973) fue elegido por el voto popular. Hasta 1952 fue acompañado de Eva Duarte, más conocida como “Evita, la abanderada de los humildes”. Ella cuestionó el rol femenino de la sociedad de aquella época, y además de todas las transformaciones en relación al obrero, la mujer empezó a tener relevancia en la vida laboral. El punto máximo fue en 1947 donde se proclamó el voto femenino, como gran conquista por parte de todas las mujeres.

Se puede señalar que en esos tiempos la polarización y el odio eran moneda corriente, la oligarquía  y las clases altas no querían perder el poder que poseían. Sin embargo, Perón tenía una idea clave: “la historia de los pueblos, desde los fenicios hasta nuestros días, ha sido la lucha contra los imperialismos” y eso  no les caía bien a los más pudientes.

Por ultimo, cabe destacar que el peronismo  le dio representación y visibilidad a los sectores que anteriormente estaban ocultos como los jóvenes, los trabajadores y los inmigrantes. Una de las hipótesis de Carlos Fayt explica: “el peronismo es la respuesta política a las condiciones sociales y económicas imperantes en 1943. Fue una necesidad histórica que facilitó el acceso del proletariado a la escena política, como etapa preparatoria de una revolución profunda”. 

Discurso de Perón (17/10/1945)
Historia del peronismo
Eva Perón